¿Qué es el pegging?: Guía fácil de la penetración masculina
¿Conoces el pegging? Cuando se trata de romper estereotipos e ir más allá en las prácticas sexuales solemos encontrarnos con muchos métodos innovadores como el BDSM, el sexo anal, juegos de rol y muchas otras actividades eróticas que te permiten salir de la rutina e innovar con tu pareja en la cama, pero… sin dudas es una de las modernas y deliciosas opciones que podemos implementar en el dormitorio, pues no solo te ofrecen una estimulación inolvidable, sino que le dan un giro de 180° a lo que conocemos como el sexo tradicional.
En esta sencilla guía te explicaremos de qué se trata el pegging, cómo practicarlo de la manera más sencilla posible y, además, qué implementos necesitas para empezar a disfrutar con tu pareja. ¡Anímate!
¿QUÉ ES EL PEGGING?
Se le conoce como “Pegging” a una práctica sexual en la que una mujer usa un consolador con correa y penetra a su pareja analmente. ¡Así de simple! Y aunque todo el mundo es bienvenido a ponerse un strap-on, este término en particular se refiere a una persona con pene siendo penetrado por una persona con vagina.
Es un ejercicio erótico que busca romper con los tradicionales de género en los que generalmente se asume que la mujer es quien recibe la penetración, mientras que el hombre es el que penetra. Hoy en día, el pegging también se refiere al sexo anal con un consolador con correa, independientemente del género de las parejas involucradas.
¿POR QUÉ PRACTICAR PEGGING?
Es ideal para romper tabúes
Romper el tabú puede ser, y para muchos, es sexy. El pegging es una práctica en la que, en esencia, el hombre es penetrado por una chica, lo que rompe con los estereotipos de género en los que una mujer es sometida por la figura masculina. Esta acción puede resultar excitante para muchas chicas se sienten dominantes y con cierto poder en el cuerpo de sus parejas. Si quieres una relación sana y duradera, es primordial estar a vierto a nuevas prácticas y describir otros horizontes en pareja.
Ayuda a estimular la próstata
Para los hombres, el pegging se trata por completo de la próstata, una zona erógena también conocida como "el punto G masculino" o “punto P”. Cuando se inserta el juguete en su ano, este tiene el poder de alcanzar y masajear esta glándula del tamaño de una nuez que se encuentra entre la base del pene y el recto de un chico. Al igual que con el juego anal en general, la penetración anal también puede estimular las numerosas terminaciones nerviosas eróticas en el ano y el recto, resultando en una explosión de intensos orgasmos.
Es perfecto para masajear el clítoris
¡Y los beneficios no son solo para ellos! Para muchas mujeres, la experiencia del consolador en un arnés también puede ser increíblemente placentera, debido a la estimulación continua del clítoris que ocurre durante la penetración y el empuje hacia su pareja.
Innovar en los juegos de rol
Como sucede con todos y cada uno de los actos sexuales, la mente juega un papel muy importante en la capacidad para alcanzar el clímax. En el caso del pegging, muchas mujeres se excitan con la idea y el acto de ser dominantes y la sensación de tener el control sobre sus parejas mientras les penetran.
PASOS PARA EMPEZAR A PRACTICAR PEGGING
PASO 1: Conversar con tu pareja
Como en toda práctica erótica, la comunicación y el consentimiento, tanto del pegger (persona que penetra) como para el peggee (persona penetrada), son claves. Y aunque no existe una forma universal y única de abordar el tema de la penetración masculina, la confianza con tu pareja será tu mejor arma para hablar al respecto. Recuerda que la conversación realmente depende de la pareja y de su dinámica habitual en torno a las actividades del dormitorio.
Si no estás totalmente segur@ de cómo podría responder su pareja, podrías presentarle la idea de manera hipotética o indirecta con la intención de conocer su opinión al respecto.
PASO 2: No te desanimes ante el rechazo
Si tu pareja se muestra en desacuerdo ante esta propuesta, ¡no te desanimes! No significa que la conversación se detenga allí. Hay muchas otras maneras de acercarte al pegging lentamente. Por ejemplo: La penetración manual, frotarse entre sí o ver pornografía juntos. ¡Y recuerda! Respetar los límites sexuales de su pareja es lo primordial. Si realmente no está interesad, no los presiones. Siempre puedes volver a introducir el tema en otro momento.
PASO 3: Olvídate de los estereotipos
No olvides que el sexo anal no se trata de orientación sexual, sino de placer. Si eres un chico, deja de lado cualquier noción sobre tu sexualidad o la de tu pareja que pueda surgir en tu cabeza y obstaculizar que ambos la pasen bien. Y si eres una chica, tus ganas de tener un rol dominante en la cama no significa que no puedas tener también un rol sumiso, ni se relaciona con tu feminidad. ¡Aquí lo importante es divertirse sanamente!
PASO 4: Ve poco a poco
Debido a que el tejido del ano y el recto es más frágil que el tejido genital, este puede dañarse con más facilidad durante la penetración. Te recomendamos mantener un diálogo abierto antes y durante las relaciones sexuales para asegurarse de que tu pareja está cómoda tanto física como mentalmente.
También es una buena idea tratar de relajarse antes de la penetración con la ayuda de una estimulación oral o manual. También puedes iniciar poco a poco con la penetración de un dedo o un objeto más pequeño para aclimatar mejor a su pareja a las sensaciones y ayudarla a aprender a relajar los músculos en esa área.
PASO 5: No olvides la higiene
Para nadie es una sorpresa que en el ano hay ciertas cosas un poco… indeseadas. Entonces, si eres quien recibirá la penetración, lo mejor será que tomes ciertas precauciones para evitar desastres a la hora de jugar. Con esto nos referimos a que debes intentar hacer tus necesidades con anterioridad. ¡Pero no termina ahí! Entra a la ducha para lavarte el trasero y el ano suavemente con agua tibia y jabón.
Y no lo olvides, la higiene de tus juguetes es igual de importante. Para esto, puedes usar un limpiador de juguetes o una mezcla jabonosa de agua tibia y jabón suave.
Consejo Melocotón: Cubre tu consolador con un condón para facilitar la limpieza posterior al sexo.
PASO 6: Qué juguetes sexuales usar
Tu kit de herramientas para pegging debe incluir tres accesorios eróticos imprescindibles: un consolador, un arnés o cinturón y mucho lubricante.
Arnés
Si eres quien penetrará, elige un arnés cómodo y que te ayude a excitarte lo suficiente. Como regla general, el strap on debe ajustarse cómodamente sin moverse demasiado para disfrutar plenamente de la experiencia. También puedes optar por un arnés que se parezca a la ropa interior tradicional o un modelo con correa ajustable que te dé más control.
Consolador
Si es la primera vez que te penetrarán analmente, te recomendamos empezar con un pequeño consolador de silicona. Estos modelos son ideales, pues son de material suave y cómodo. Puedes ir subiendo hasta un tamaño más grande a medida que te sientas más cómodo con la penetración trasera.
En cambio, si tienes un poco más de experiencia o deseas facilitar un orgasmo prostático, seleccionar un consolador con una cabeza diseñada específicamente para la estimulación de la próstata será la mejor opción.
Vibrador
Si deseas estimulación adicional, considera usar un vibrador en el arnés en lugar de un dildo. Este tipo de juguetes te ofrecen varias frecuencias y ritmos de vibración.
Lubricante
Para cualquier tipo de juego anal, nunca puedes usar demasiado lubricante. Al elegir un lubricante, ten en cuenta el material de tu juguete sexual. Si estás usando un consolador de silicona, usa un lubricante a base de agua. (El lubricante a base de silicona hará que la silicona del consolador se deteriore con el tiempo).
PASO 7: ¡No te olvides del lubricante!
Aunque pueda sonar repetitivo, el lubricante es imprescindible para cualquier comportamiento anal, pues el ano, a diferencia del pene o la vagina no se auto lubrica. Recuerda usar el lubricante con el que te sientas más a gusto y tener en cuenta el material de tu juguete para evitar deterioros o reacciones indeseadas en tu cuerpo.
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Y AHORA, ¿QUÉ OPINAS DEL PEGGING?
Este tipo de penetración puede ser muy placentera para ambas partes, ya que el ano y el recto están llenos de terminaciones nerviosas. Al masajear la glándula prostática, se puede experimentar un orgasmo prostático de cuerpo completo, mientras que, en la vagina, el pegging puede resultar en placer sexual cuando el clítoris o la pelvis se frota contra la base del consolador mientras empuja. ¡Así que es ganar-ganar para todos!
Entonces, ahora que estás al tanto de toda la información relacionada con el pegging y su poderoso placer, ¿estás list@ para tomar el cinturón y comenzar? ¡Aquí está todo lo que necesita saber!
Si tienes alguna duda con respecto a esta práctica o los juguetes adecuados para llevarla a cabo, recuerda que puedes escribirnos a nuestro WhatsApp (+506 7202 1799) para asesorías totalmente gratis.
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